Testimonios

- Liliana Alejandra Monjaraz Martínez -

Liliana ingresó a nuestro programa de patrocinio en el año de 2004 a la edad de 8 años, en nuestro Centro de Desarrollo Integral en aquel entonces fue una beneficiaria destacada por su constancia y responsabilidad, atributos que más tarde darían frutos en su formación académica. La situación económica familiar fue complicada, su madre daba clases de inglés mientras su padre era transportista, Liliana es la menor de tres hermanas quienes también participaban en el modelo de atención. En el año de 2014 se graduó de nuestro programa de forma exitosa y continuó con sus estudios en la Marina Armada de México.

Recientemente fue nombrada Teniente de Corbeta de Infantería de Marina  y concluyó con éxito el Curso Básico para Oficiales Marines que se imparte en la sede de Quantico, en el estado de Virginia, Estados Unidos, y de acuerdo con la Marina-Armada de México (SEMAR), Liliana se graduó, logrando convertirse en la primera mujer mexicana que realiza citado curso, en la Marine Corps University (Basic School).

- Luz de Cielo Sánchez Cruz -

Luz de Cielo ha sido nuestra beneficiaria desde antes que pudiéramos constituirnos como una Institución de Asistencia Privada, su madre tuvo una terrible enfermedad y falleció dejando a Luz al cuidado de uno de sus hermanos pues su padre no quiso hacerse cargo de ella. Actualmente, se encuentra estudiando la educación media superior, pero tiene el anhelo de emprender un negocio, pues su madre le enseñó a desenvolverse en el mundo de las ventas, fue así como se logró gestionar un apoyo para adquirir un horno, una báscula, una batidora, así como materia prima para hacer galletas, las cuales aprendió a hacer en el taller de repostería que ofrecemos en nuestras instalaciones. Ella y su hermano continúan sus estudios, pero también buscan la manera de tener mejores ingresos.

- Florencia Santiago Flores -

Florencia Santiago Flores es una madre que vive en la comunidad de Las Huertas, Jilotepec, tiene 34 años y 3 hijos, ante la pandemia del COVID 19 tanto su esposo como ella perdieron sus empleos, además toda su familia se enfermó con el virus, y con el poco dinero que tenían se quedaron sin medicinas. Su situación económica es complicada, viven al día y los gastos para la escuela de sus hijos son altos.

 Florencia está en el taller de repostería donde aprende todos los sábados y además apoya la cocina de la asociación, ha levantado la mano para iniciar su negocio de venta de pan en su comunidad, el cual sostiene su economía familiar. Se siente contenta y satisfecha de poder vender pan y de inculcar a sus hijos el valor del trabajo y sus conocimientos de repostería.

Florencia se siente agradecida con todos los hermanos que le han dado la oportunidad de aprender a hacer y vender pan y que sus hijos se beneficien de la familia cristiana.